Discurso de la ciudad de Cartagena
La primera muestra que el Licenciado Francisco Cáscales dio de su sazonado ingenio fue el «Discurso de la Ciudad de Cartagena», que dirigido a la misma, fue impreso en Valencia en el año 1598 en la Imprenta de Juan Chrysóstomo Garritz.
Hallábase a la sazón Cáscales en Cartagena, a donde había pasado a residir, amargado de verse desairado en la ciudad de su nacimiento, y recordando que en Cartagena tenía buenos amigos, acá buscó el acomodo que, con cariñosa acogida se le otorgó. Necesitaba el Concejo cartagenero un buen preceptor de Gramática que desempeñase la cátedra de Humanidades y al solicitarle se le concedió en el Cabildo celebrado el día 7 de junio de 1597, señalándosele un salario anual de treinta mil maravedises al año, de acuerdo con la licencia de Su Magestad. Agradecido a esta hospitalidad lo concibió y publicó.
«En el trata nuestro Autor de la fundación de esta famosa Colonia de los Romanos, trahe y explica los monumentos antiguos que en ella se han conservado a pesar de las injurias del tiempo, describe su asiento, su fertilidad, la excelencia de su Obispado, la de algunos hijos suyos célebres en armas, letras y santidad, y al mismo tiempo ilustra muchos puntos de nuestra historia con erudición i buen gusto». (Vicent y Portillo. Biblioteca Histórica de Cartagena, pág. 2, tomo I).
El Concejo cartagenero, tuvo desde antiguo gran interés en saber y conocer cuanto a su entender tenía legítimo derecho y se relacionaba con las actividades del Obispado de Cartagena, residente en Murcia y, para ello, no» se dirigía directamente al señor Obispo, sino a personas con las cuales tenía buena amistad, una de ellas, el Licenciado Francisco Cáscales, que había sido en esta ciudad preceptor de Gramática, desde el 1592 al 1601.
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