La obra maestra de Gabriel del Barco ‘A Grande Vista de Lisboa’ es un mosaico de azulejos que atrae nuestra mirada hacia el corazón de una ciudad estratificada, donde edificios, jardines, personas e iglesias flotan en la superficie de una tela siempre cambiante. Esta es la imagen de una Lisboa cuyos elementos no están al unísono, y tal vez no podría ser diferente: la capital portuguesa emerge a través de fragmentos que reconstituyen su naturaleza vital, dejando al espectador y al autor atrapados entre la perspectiva de una visión ideal y abarcadora. Las fuerzas temblorosas que gobiernan la experiencia cotidiana de la ciudad.
Artículo completo publicado en la revista electrónica Anima Loci (A Journal of Images in Places)